¿Nunca os ha pasado que queréis despertar en otro momento, ya sea pasado o futuro? ¿Nunca habéis querido volver a oler un bollo recién hecho o volver a sentir sus besos en tu cuello? A mi estas cosas me pasan continuamente. Últimamente recuerdo a dos personas que en mayor o en menor medida han sido importantes para mi. La primera me enseñó que aunque la vida venga dando vueltas por el camino hay que saber que tras la vuelta del camino viene la recta, y que tras las lágrimas y el sudor de hoy hay una sonrisa mañana. La otra persona transformó las rectas en curvas y sacó también unas cuantas sonrisas, enmarcadas en noches en vela. Recuerdo que una vez ella me dijo: "Habrá muchas cosas que te den, pero tú no tienes que pensar en el dinero o en lo que vayas a conseguir, lo único que importa es ser feliz." En ese momento entendí un mensaje claro que quiero que sepáis: "hay que luchar por lo que merece la pena, luchar por ser feliz, por amar y por ser amado". Y así de esta forma se entremezclaron las curvas y las rectas. Ella era mi recta, y él es mi curva. Pero me da igual porque...¿Que sentido tiene vivir una recta si en las curvas la adrenalina es mayor?
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