Que eres la corriente de agua, el 75% de mi cuerpo.

No sabes lo que te espero, lo que te llevo esperando toda mi vida. Esperando a que me mires, a que te fijes en mi, a que veas esa chica que te quiere más que nadie, esa chica que te espera, que te desea, que te cuida. La que cada noche se acuesta pensando en ti, en cada palabra que le dedicas, cada piropo o cada simple mirada. La que estudia cada reacción tuya, cada sonrisa, como si ese fuese el mejor de los trabajos. La que se conoce cada estado de tu maldito tuenti. La que no desea otra cosa más que vengas y la abraces, así sin más, sin explicaciones, sin  compromisos, sin la necesidad de que sepa el mundo nuestros sentimientos. Porque al fin de cuentas que más da, yo lo sé, tú lo sabes, sabes  lo que pasa cuando nuestras miradas se juntan, eso  es  demasiado grande como para pararlo, es cuestión de tiempo, justo lo que nos sobra. Es imposible parar el agua de una corriente. Esa  corriente que fluye por nuestros cuerpos cuando nos vemos. Porque por mucho que quiera el mundo, nadie puede parar un rio, una tormenta, una diluvio, sí un diluvio es lo mejor para definirlo, para definir ese cascada de emociones que siento cuando me miras, cuando me sonríes, cuando te empeñas en que mis piernas tiemblen al vernos… Que eres mi maldito torrente de agua.